A Bogotá le repiten la estrategia. Peñalosa lidera la más reciente encuesta con sólo el 33% de la intención de voto, mientras que el 25 de agosto pasado se señalaba un empate técnico entre Pardo, Peñalosa y Clara López en cifras de alrededor del 22%. Creo que es una cifra peligrosa.
Gustavo Petro subió a la alcaldía de Bogotá con el 32% de los votantes, y yo me atrevería a pensar que esa es la capacidad de la maquinaria de la izquierda. Su ascenso a la alcaldía me parece que es responsabilidad directa del presidente Santos, quien puso a fichas suyas a restarle votos a Peñalosa (Parody, Luna, Galán) sin que se hicieran alianzas que previnieran la victoria de los progresistas.
En esta oportunidad está claro que Pardo es la ficha presidencial para la alcaldía (quien tampoco hará alianzas para prevenir una posible victoria de López) y de una forma más oscura podría sospecharse que Pachito cumple el mismo propósito, función que no pudo cumplir en las presidenciales y que casi le cuesta la reelección a su primo.
Si al elector promedio de Peñalosa le da pereza ir a las urnas, o si Pardo le quita un poco más de intención de voto, o si la última encuesta resulta estar amañada para motivar la comodidad indiferente del votante, podríamos presenciar el retorno triunfante del Polo Democrático al poder de Bogotá, el cual sería el pago por la emocionada campaña de la señora López por la reelección de Santos.
Maldonado, la candidata de Progresistas, con tan sólo 3% de intención de voto, ya anunció su apoyo a la candidatura de López, mientras del otro lado ni Pachito se anima. Petro está en el poder, y moverá toda su maquinaria (la vimos desplegada para evitar su destitución y su revocatoria de mandato) para asegurar la victoria de la izquierda. Y tiene muchas posibilidades de tener éxito.
Gustavo Petro subió a la alcaldía de Bogotá con el 32% de los votantes, y yo me atrevería a pensar que esa es la capacidad de la maquinaria de la izquierda. Su ascenso a la alcaldía me parece que es responsabilidad directa del presidente Santos, quien puso a fichas suyas a restarle votos a Peñalosa (Parody, Luna, Galán) sin que se hicieran alianzas que previnieran la victoria de los progresistas.
En esta oportunidad está claro que Pardo es la ficha presidencial para la alcaldía (quien tampoco hará alianzas para prevenir una posible victoria de López) y de una forma más oscura podría sospecharse que Pachito cumple el mismo propósito, función que no pudo cumplir en las presidenciales y que casi le cuesta la reelección a su primo.
Si al elector promedio de Peñalosa le da pereza ir a las urnas, o si Pardo le quita un poco más de intención de voto, o si la última encuesta resulta estar amañada para motivar la comodidad indiferente del votante, podríamos presenciar el retorno triunfante del Polo Democrático al poder de Bogotá, el cual sería el pago por la emocionada campaña de la señora López por la reelección de Santos.
Maldonado, la candidata de Progresistas, con tan sólo 3% de intención de voto, ya anunció su apoyo a la candidatura de López, mientras del otro lado ni Pachito se anima. Petro está en el poder, y moverá toda su maquinaria (la vimos desplegada para evitar su destitución y su revocatoria de mandato) para asegurar la victoria de la izquierda. Y tiene muchas posibilidades de tener éxito.